La Voz como herramienta del ser humano

La Voz es una de las herramientas más poderosas de que dispone el ser humano. Su poder se despliega en todas las dimensiones del ser y niveles de la vida, siendo el pilar más importante en lo relativo a la expresión y la comunicación. La escucha activa de la Voz nos aporta valiosa información acerca del estado físico, energético o emocional de una persona, e incluso de su historia vital.

En las tradiciones ancestrales, la música y el canto formaban parte de la vida cotidiana, favoreciendo la cohesión grupal, reforzando a cada uno de sus miembros, acompañando las actividades vitales, expresando el agradecimiento por los dones recibidos, la tristeza por las pérdidas, y también  facilitando la conexión del plano material con el espiritual.

El canto y el desarrollo personal

La voz representa mucho más que un mero vehículo del lenguaje verbal o incluso artístico, sus infinitos matices hacen referencia a las sutilezas de la naturaleza humana, a su vasto registro emocional y sensitivo/sensible, a su psicología y su personalidad. Es una puerta hacia los rincones más íntimos de nuestro ser, una fotografía de nuestra alma, y por lo tanto trabajarla nos ofrece una gran oportunidad de autoconocimiento, desarrollo personal y mejora de las relaciones sociales. Por ello su uso crece exponencialmente tanto a nivel de crecimiento humano como a nivel terapéutico.

Hacer de la Voz y el Canto una herramienta de trabajo consciente supone considerar la intención desde la que se emiten, vivenciarlas desde la totalidad de nuestro ser, ahondar en la conciencia respiratoria, explorar el vínculo entre fonación, cuerpo, mente y emoción, aprender a percibir cómo movilizan nuestra energía, cómo ponen en relieve los arquetipos psicológicos de nuestra personalidad, cómo reconfiguran nuestra relación con el plano transcendente o cómo nos abren a la creatividad.

El canto pone en juego la complementaneidad de nuestros hemisferios cerebrales, de los cuales el izquierdo rige las funciones intelectuales, con el lenguaje entre ellas, mientras que el derecho atiende a las creativas. A demás de ser una actividad muy completa, nos invita a la presencia, a la atención plena y al disfrute, hechos que le confieren un valor añadido respecto de otras terapias estándar.

Diversos estudios a lo largo de estos últimos años, especialmente en el ámbito de la neurociencia,  respaldan el inmenso potencial de la terapia con la música y el canto consciente, demostrando que, si bien escuchar música es muy beneficioso, especialmente si se trata de una pieza musical que forma parte de la banda sonora vital de una persona, para nuestro cerebro y todos nuestros sistemas fisiológicos, dichos efectos positivos se multiplican cuando estamos practicando música de manera activa, puesto que se involucran muchas más funcionalidades de nuestro ser.

Sus efectos beneficiosos a nivel fisiológico pueden abarcar desde la regulación del pulso y de la presión arterial, segregación de endorfinas y equilibrio hormonal hasta la modificación de las ondas cerebrales para inducir estados de mayor relajación y lucidez, mientras que a nivel cognitivo puede mejorar nuestra memoria, atención, concentración o capacidad de aprendizaje.

Mejorar la Salud mediante el Canto

La terapia mediante el Canto y la Voz nos posibilita una amplia gama de fines terapéuticos, ayudándonos a desbloquearnos a nivel físico, a nivel mental y a nivel emocional, a reducir el estrés, a dar espacio a nuestros sentimientos y procesar nuestras vivencias internas, afinar nuestra capacidad de escucha y nuestra sensibilidad, a obtener bienestar emocional, en definitiva , a mejorar la salud y la calidad de vida de manera lúdica y a la vez profunda.

En el ámbito de la musicoterapia, cuyo objetivo es restaurar o mejorar la salud de las personas, se facilita la expresión musical mediante el cuerpo o mediante instrumentos musicales. En este sentido la voz es nuestro instrumento musical por excelencia, el más cercano a nuestra expresión auténtica, y también el más comprometido. Por mucho que nuestro discurso verbal o nuestro canto pretendan transmitir una imagen determinada de nosotros mismos, esta es portadora de toda una información subyacente que revela nuestro aquí y ahora, nuestra verdad.

Es recomendable que un musicoterapeuta cualificado disponga de herramientas vivenciadas y efectivas para usar la voz como recurso terapéutico. Crear música que acompañe un proceso terapéutico, añadirle un texto que hable de una vivencia significativa y cantarla en un contexto terapéutico-ritual, con el refuerzo de los compañeros, si estamos trabajando en grupo, puede ser una experiencia transformadora a nivel terapéutico. Su resultado dependerá en buena manera de las habilidades de acompañamiento del terapeuta.

Artículo escrito por Joan Miró

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